“Las
cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo
de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución
conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al
juez que la autorice.”
“Ser
gorila es pensar a partir de un prejuicio”.
Pasó
Boudou, pasó Nisman, pasó el papel ilegal de color azul, pasó la inseguridad, pasó
la inflación, pasó la bóveda que era bodega, pasó la Embajada paralela que terminó
en falso testimonio, pasó la secretaria que no era con bolsos que no
existieron, pasó el pato rengo, pasó el sueldazo que Kicillof nunca cobró en
YPF, pasó la cuenta millonaria que nunca tuvieron Máximo y Garré, pasó la
referencia de 6 pesos por día que jamás se fijó, y también pasaron -entre tantas otras cosas- las cuantiosas sumas de dinero que nunca existieron para personas privadas de su libertad y trans.
Pero como la premisa es que ni la realidad te impida mantener el indignómetro bien alto, y la militancia del “Mentime que me gusta” necesita su combustible diario para sacar de adentro lo peor de sí, volvieron sobre una zoncera de varios meses atrás: los K nos hacen vivir en un país que premia a quien delinque y castiga a quien se jubila. Es decir, de la misma usina de odio que ha instalado “conviene recibir un plan, a trabajar”, “fomentan la vagancia”, etc., el mensaje es: el Gobierno estimula la delincuencia. Siempre viene bien cualquier cosa, con tal de no señalar algo muy virtuoso y que se desprende de millones de CUILs: el kirchnerismo ha sido (y es) una incansable máquina de generar trabajo.
Y el
título adoctrinador de la pereza intelectual señala: GANA MÁS UN PRESO QUE UN
JUBILADO. Sólo les falta aclarar un detalle: los presos no cobran, sino sólo aquellos que trabajan. Entonces, por culpa de los –se sabe, populistas-
miembros de la Asamblea del Año XIII, que eliminaron la esclavitud, toda persona
que trabaje debe percibir una remuneración por ello. Ante ésto, no
parece muy difícil de comprender el silogismo:
Si una persona trabaja, tiene derecho a un salario.
X
trabaja.
X
tiene derecho a un salario.
Porque,
hay que recordarle a ese conjunto de sensibles corazoncitos, quienes se
encuentran privados de su libertad, ¿qué son? ¡Sí! Adivinaron... ¡Personas!
Yendo al fondo, la primera respuesta a esta (falsa) polémica que recorre las colas de panadería en estas horas la encontramos en la cita inicial de arriba: el artículo 18 de una cosita que en el año 1994 (léase: antes de que se oscureciera la Patria con el arribo de la consonante maldita al Gobierno) fue sancionada por una banda de garantistas, y que se llama Constitución Nacional. La segunda respuesta viene dada por la captura de pantalla, que hace referencia al articulado de una ley (24.660) del año 1996 -también antes de la ignominia sacapresos del zaffaronismo K-, cuyo capítulo VII se titula “Trabajo”.
En relación a los ingresos, cabe recordar que en todos los sistemas previsionales del mundo un pasivo recibe menos que un activo. Entonces, ¿cuál es el problema de que el valor establecido como salario mínimo, vital y móvil sea superior a la jubilación mínima, y que una persona que trabaje tenga un piso superior al de un jubilado? No parece consistente la crítica que se realiza en esa dirección. Situándonos en los números puntuales, al día de la fecha el SMVM es de $4716, y la jubilación mínima $3822. Es decir, el haber previsional representa un 81% del salario (aquí es donde se nota el castigo K a la tercera edad, ¿nocierto? Ése del que viven hablando quienes se llenan la boca repitiendo un número mágico). Ya se ha anunciado la actualización del SMVM, que a partir de agosto será de $5588. Por eso, suponiendo que la actualización para los jubilados fuese de un 17%, la mínima llegaría a $4472, lo que representa un 80% del SMVM. Ante este panorama, no da la impresión de que el kirchnerismo sea un insensible hambreador de ancianos y ancianas.
En
síntesis, lo que surge claramente es que el conflicto, en rigor, no es del
Gobierno ni de las personas privadas de su libertad, sino del conjunto de
sensibles almas de la Patria que despotrican contra esta situación de dignidad:
no consideran a quienes han delinquido como personas. Por ende, debieran
hacerse cargo de esa mentalidad que atrasa unos 204 añitos, y dejar de
pretender legitimar un pensamiento profundamente inhumano detrás del disfraz de la angustia por la situación de un sector vulnerable. Si realmente, como afirman a menudo, les preocupa tanto la situación de los jubilados y la pobreza, lo
mejor que pueden hacer –como para empezar- es intentar pasar sus días sin ver
cómo hacen para evadir impuestos y precarizar laboralmente a sus compatriotas. Ése sería, sin dudas, un aporte interesante al país.
PD: algo en serio sobre el asunto: "Slokar, en su fundamentación, acompañada por sus colegas, recalcó que 'para cualquier preso que trabaje no pueden dejar de gobernar como estándares –entre otros– el derecho a la remuneración y la regla de asimilación al trabajo libre, con todos sus alcances'. La Sala II recordó que 'el trabajador es sujeto de preferente atención constitucional', no sólo por lo estipulado en el artículo 14 de la Carta Magna sino también por 'el renovado ritmo universal que representa el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, que cuenta con jerarquía constitucional a partir de la reforma' de 1994." http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-261171-2014-12-03.html
No conocía tu blog, leí esto y me encanto! (Desde ahora -y cuando encuentre el botón- te digo) Saludos desde Rosario!
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