Un día como hoy, hace 5 años, el compañero Néstor
dio una conferencia brillante. En su carácter de Secretario General de la
UNASUR, abordó todos los temas, desde lo nacional hasta lo regional y mundial,
contestando incluso las inconsistencias de cabecitas formateadas por titulares
de medios masivos, como le tocó sortear a la Presidenta en varias
oportunidades, cuando se vio obligada a hacer docencia con personas de muchos
recursos económicos y que -se supone- tienen un piso de inteligencia probada,
al estar haciendo carreras de grado o posgrado. En definitiva, un compendio de
zonceras explicitadas por personas que desaprovechan notablemente la
oportunidad de interrogar a líderes políticos excepcionales, a dos de los
mayores estadistas de nuestra historia, hurgando en chismes de cola de
panadería, achatando y dejando el nivel de debate por el piso.
Yendo a lo importante, El Maestro -nuestro Maestro- trazó
los lineamientos fundamentales de la concepción política que implica pensar un
proyecto de país nacional, popular, democrático y latinoamericano. Más allá de
la riqueza conceptual de todos los temas, quisiera profundizar someramente en
el económico, que ahora tiene tanta actualidad a partir de las recientes
victorias notables que hemos logrado en las gestiones diplomáticas vs los
Fondos Buitres y, más atrás en el tiempo, con la solución del resto del frente
externo: Repsol, CIADI y Club de París.
Desde hace 7 años cruje el capitalismo salvaje, y sigue
gozando de buena salud el modelo económico que generó esa debacle. Frente a
ello, desde esta parte del mundo impulsamos otro paradigma. Entendemos que la economía de un país es mucho más que
hacer ingresos menos egresos, que en el medio se juega el destino de
millones de personas, y que cada decisión implica una afectación humana. Entendemos que un país pensado
sólo como exportador de materias primas es un país para muy poquitos, y eso
implica dejar desairada a una inmensa mayoría, que queda con la ñata contra el
vidrio, viendo la vida pasar. En ese sentido, es imprescindible la
industrialización, con un Estado presente que estimule la demanda y genere un
mercado interno sólido. Porque, como dijo el compañero Sanseacabó, los números
tienen que cerrar con la gente adentro.
En concreto, a nivel mundial estamos en presencia de la confrontación de
un MODELO -cerrado, dogmático, sin distinción de condiciones particulares
de países- con un PROYECTO -pragmático, con el empleo, la producción y la
inclusión social como objetivos claros, y considerando todas las herramientas
para llegar a ellos-, y éso es lo que tenemos que discutir: qué consecuencias y
resultados han surgido de uno y otro.
A grandes rasgos, podemos decir que hay un clásico muy vigente en estos tiempos preelectorales:
la mano invisible (del Mercado) y la teoría del derrame vs el efecto
multiplicador (cómo repercute positivamente en la economía el incremento
estimulado -por el Estado- de la demanda y la inversión).
Siguiendo las palabras de Néstor, que afirmaba que “los
muertos no pagan” y que por eso primero necesitábamos crecer, nuestro Ministro
de Economía -honrando la memoria de Scalabrini Ortiz- explica el proceso
económico que es necesario recorrer para recuperar los niveles de dignidad y
así poder afrontar los compromisos con los acreedores. Y todo esto desafiando a
la academia, asumiendo que “En Economía hay homogeneidad, hay pensamiento
único. Lo que se enseña es más o menos lo mismo y es un pensamiento de DERECHA,
y éso se enseña en todos lados del mundo como 'la ciencia económica'. Y es
mentira, no es la ciencia económica. Hay otros pensamientos económicos
distintos, muy calificados. Doy un caso: Keynes, el economista probablemente
más importante y famoso del siglo XX, hoy pediría que lo vuelvan a enterrar en
su tumba si lee lo que se está enseñando en las universidades, acá en Argentina
y en todos lados, en los programas que se hacen en EEUU, con libros de texto y
manuales de EEUU, con un negocio editorial fantástico".
La síntesis del pensamiento neoliberal que hemos desafiado
asegura que, luego de que el Estado genere las condiciones -garantizando
“seguridad jurídica”, “confianza” y demás sarasa- para el libre accionar de los
privados, el Dios Mercado va a posibilitar que esa bonanza derrame -en algún
momento, no se sabe cuándo- sobre la ciudadanía. A este proceso lo
vivimos en los ’90 y derivó en lo que todos ya conocemos: menos inversión,
menos producción, más desempleo y más miseria para el pueblo. Pero como la
derecha, para hacer los desaguisados sociales que le gustan, necesita un laburo
cultural muy profundo, se había llegado a generar un consenso del hambre
presente como fuente de una supuesta mejoría futura, tal como lo muestra
cruelmente este spot:
En definitiva, pueden contarla como quieran, pero hoy ya no es gratis para nadie hablar de “sacrificios necesarios” como bajar salarios, pensiones y jubilaciones. La palabra “ajuste” ya no pasa desapercibida en esta patria. Por esa valentía para desafiar las corrientes de pensamiento imperantes es que Keynes, Kirchner y Kicillof tienen un gran valor y presencia en esta Argentina de 12 años con duplicación de PBI y mejores indicadores sociales de toda la región. Hubo que tomar decisiones trascendentales aún con la inmensa mayoría del mundo en contra. Por eso, es importante que la sociedad toda comprenda que sus avances en esta época han sido fruto de una voluntad política orientada en un sentido determinado. Como dice Messi:
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