Te prevengo, Nelly, que fue una
jornada cívica en forma (...) Mi plan era sume
y reste: apersonarme a las veinte y treinta en el Comité; a las veintiuna
caer como un soponcio en la cama jaula, para dar curso, con el Colt como un
bulto bajo la almohada, al Gran Sueño del Siglo, y estar en pie al primer
cacareo, cuando pasaran a recolectarme los del camión. (...) Ni bien le vi su
cara de presupuestívoro, palpité que
él también iba al Comité y, ya en tren de mandarnos un enfoque del panorama del
día, entramos a hablar de la distribución
de bufosos para el magno desfile, y de un ruso que ni llovido del cielo,
que los abonaba como fierro viejo en Berazategui.
No contaba con ese contrincante
que es el más sano patriotismo. No pensaba más que en el Monstruo y al otro día lo vería sonreírse y hablar como el gran
laburante argentino que es. Te prometo que vine tan excitado que al rato me estorbaba la cubija para respirar como un ballenato (...) soñé con los
modernos temarios que están en el
marcador: el Monstruo me había nombrado su mascota y, algo después, su Gran
Perro Bonzo (...) Con entusiasmo
juvenil entonaba la marcha que es
nuestra bandera (...) a cada revólver
le tocaba uno de nosotros (...) hombro
a hombro con los compañeros de
brecha, no quise restar mi concurso a la masa coral que despachaba a todo pulmón la
marchita del Monstruo (...) No me
cansaba de pensar que toda esa muchachada moderna y sana pensaba en todo como
yo, porque hasta el más abúlico oye
las emisiones en cadena, quieras que
no (...) ¡Qué entusiasmo partidario te perdiste, Nelly! En cada foco de población muerto de hambre
se nos quería colar una verdadera avalancha (...) Pero ni un solo cliente asomó
el hocico y me di el gusto de garabatear en la tapia unas letras frangollo, que
si invierto un minuto más, el camión me da el esquinazo y se lo traga el
horizonte rumbo al civismo, a la aglomeración, a la fratellanza, a la fiesta del Monstruo (...) un
distraído que cuasi se lleva por delante a nuestro abanderado, Spátola.
Bonfirraro, que es el chinche de los detalles, dijo que él no iba a tolerar que
un impune desacatara el estandarte y foto del Monstruo (...) le dijo al rusovita que mostrara un cachito más de
respeto a la opinión ajena, señor, y saludara a la figura del Monstruo (...) En la Plaza de Mayo nos
arengó la gran descarga eléctrica que se firma doctor Marcelo N. Frogman. Nos
puso en forma para lo que vino después: la palabra del Monstruo. Estas orejas
la escucharon, gordeta, mismo como todo el país, porque el discurso se
transmite en cadena.
Con el mismo nivel de ignorancia y prejuicio, aunque -claro- bastante
menos estatura literaria, gente muy linda, respetuosa y tolerante, antes que
confrontar ideas y argumentos, en estos años buscó (y busca) desautorizar la
voluntad del sector ciudadano que apoyó (y apoya) al proceso político
kirchnerista, señalándolo como una suerte de secta de feligreses, movidos -al
unísono- por lo emocional, la plata y el dogmatismo. Así, todo junto; por cualquier
cosa, menos convicción. Es decir, quienes apoyamos el ciclo iniciado el 25 de
mayo del 2003 somos unos locos, fanáticos, irracionales y -al mismo tiempo- también
unos fríos estrategas mercenarios. Raro, pero en línea con lo que relatan
Borges y Bioy Casares en aquel 1947, con el primer peronismo, y que encuentra
su continuidad histórica en las ficciones desarrolladas también a través de un
fenomenal negocio editorial, ante lo que uno se permite considerar como el
peronismo del siglo XXI (mismas cercanías, lejanías e intereses representados).
Antes, eran “Presupuestívoros”; ahora, “Planeros”. Antes, era la Colt; ahora, lisa y llanamente,
“Están armados por el ReNar”. Antes, era “Magno desfile”; ahora, “Festival faraónico”. Lo que sí es idéntico es el énfasis en la cadena nacional. Una indignación que no distingue épocas, podríamos decir.
Ya nos fuimos. Ya dejamos de ser Gobierno, pero hay un sector
que sigue obsesionado con la consonante (que consideran) maldita. Lo que
subyace detrás de tanta -devenida y patética- militancia revisionista para
justificar los desaguisados presentes, por parte de quienes estuvieron 12 años
diciendo “Hay que dejar de mirar el pasado”, es elocuente: hay una profunda ausencia
de proyecto superador, capaz de mejorarle la situación a la población en la
realidad efectiva, sin imploraciones de fe. Pero en toda esta cuestión, parece
que quienes prescindían de racionalidad se apoyaban en elementos contundentes de
la realidad; los ecuánimes y serios (“los perfectos”, en palabras del compañero
Sanseacabó) hablan de hipotéticos escenarios futuros de bienestar, insospechables
con cualquier análisis básico de las condiciones presentes. Eso sí: los ultra,
los extremistas delirantes, fuimos, somos y seremos nosotros.
En definitiva, es notable cómo también ha caído en decadencia el
nivel de relato de lo que no se conoce. La ignorancia puede tener más o menos
calidad en sus palabras, claro está. Acá hay gente que putea a Cristina porque
no puede decir nada positivo de Macri y la CEOcracia. “¿Y qué querés, con lo
que le dejaron?”, “Está haciendo lo que puede, desactivando la bomba que
armaron los K antes de irse”, etc.
¡Hola! Soy Juan Carlos Neutral. No creo en ningún
político: son todos ladrones. No obstante, me la paso criticando al Gobierno
anterior y defendiendo al actual, pero siempre desde una visión NEUTRAL. Me
jode mantener vagos (siempre y cuando sean vagos pobres), pero no me molesta la
desindustrializacion que hoy se vive, ni los 200 mil despidos en apenas 4
meses. Me indigna la corrupción K, pero no hablo de la corrupción M. Me sentí
estafado porque el dólar subió 7 pesos en 12 años, pero no me jode que haya
subido 6 pesos en 3 meses. Aún así, me declaro neutral. No me caso con ningún
político: son todos chorros.
PD: soy Neutral.
Así nos enteramos, por ejemplo, que los K jamás trabajamos y,
ahora que ya no estamos más en el Gobierno, ¡tenemos que agarrar una pala! La
misma que ellos -afirman- vienen utilizando arduamente (¿?), a la par de
nuestra obscena vocación por el descanso a costa del dinero de los impuestos de
los argentinos. Ojalá en algún momento de este Gobierno que ellos apoyan, puedan
volver a utilizarse la gran cantidad de palas que tuvieron actividad en tiempos
de la mentira del crecimiento K, donde el sector de la construcción alcanzó niveles
históricos levantando hologramas diseñados por Fuerza Bruta, y las excavadoras
tengan alguna finalidad más productiva que una puesta en escena hollywoodense
para tapar los elefantes del desaguisado económico y social generado a partir
de las medidas que ha tomado El Gerente y su equipazo. Los cientos de miles de
compatriotas desocupados a partir de las feroces políticas económicas
contractivas de Cambiemos, lo van a agradecer.
Entonces, ojalá vean de encontrar algún nuevo tema de charla o
empiecen a asumir el (difícil) presente que votaron, sin bastardear los años en
que un Gobierno le mejoró la vida a todo el Pueblo argentino con la evolución
positiva de todas las variables macroeconómicas. A la culpa de la obscena improvisación
del mejor equipo de los últimos 101 semestres no la tienen ni Cristina, ni
Néstor, ni La Cámpora. Nosotros no podemos hacernos cargo de la falta de
mística y compromiso que genera el Gobierno de El Gerente. Tampoco de la falta de convencimiento de muchos de sus votantes, que ni siquiera son capaces de movilizarse un día de tenue lluvia. Que cada quien se haga cargo de la vereda
de la vida donde decide transitar. Nosotros jamás le pedimos un recibo de
sueldo a nadie para bajarle el precio a algún pensamiento político, en el marco
de una discusión. Ojalá el voluntariado PRO banque fuerte a su referente, que
parece no tener demasiadas cualidades, ni luces, ni formación intelectual y capacidad de trabajo para enamorar ni despertar
admiración, pero es el que eligieron.
Claro que la orfandad no es casualidad del destino, sino que es
inducida por una inmensa maraña desinformadora que suplanta el contenido de la
discusión política por odio. Parece elocuente y se entiende esa estrategia: en
el terreno de las ideas y la argumentación son fácilmente vapuleados, y lo
saben. ¿Alguien puede enamorar, por ejemplo, diciendo que quiere un país para
1/3 de la población? ¿Que “Los salarios son un costo más”, etc.? Parece
difícil. En cambio, ¿cómo no entusiasmarse con alguien que trasciende la
cursilería de sobres de azúcar y te REALIZA mejoras concretas en tu vida y te
invita a soñar con seguir transformando utopías en realidades? En ese sentido,
la derecha hace lo que puede: habla de cualquier cosa menos del fondo de su
programa de gobierno, porque si no sólo serían votados por la cúspide de la
pirámide, y con eso no alcanza para ganar elecciones, claro está.
Existen personas que fruncen la nariz cuando escuchan
“Peronismo” o "Kirchnerismo" y tienen que googlear la palabra “Mística”. Parece que ni
comprenden ni les interesa comprender la fiesta que se vive en esas jornadas de
profunda felicidad masiva, aún viajando horas y dedicando parte del tiempo que
la mayoría utiliza para el ocio, canalizado en el compromiso hacia un proyecto
político. Ante el compendio de lugares comunes, prejuicios y malaleche, lo que
emergió de cada acto fue una gran muestra de amor. De abrazarse con desconocidxs,
hermanadxs. De contenerse. De reflejarse cada quien en otras miradas.
Es decir, tanto quienes son antiK como quienes se arrogan la
superadora (¿?) posición de no estar "ni de un lado ni del otro”, en su
pretensión de bajarle el precio al colectivo kirchnerista no hacen otra cosa
que exponer su notable orfandad de liderazgos políticos. No es culpa nuestra esa situación. Por eso, el
deseo es elocuente y sincero: ojalá en algún momento tengan la capacidad de
llenar ese vacío, que a la fecha sólo han ocupado destilando odio hacia una
consonante y la ciudadanía que la apoya, con sentimientos positivos hacia un conjunto de ideas que los apasionen
y movilicen, con personas brillantes que refuercen esa pertenencia política.